¿Qué teléfono es mejor comprar a nuestros mayores? Los más actuales, con pantalla táctil, conexión a internet y aplicaciones con videollamada les ofrecen mejores oportunidades de conexión, pero también son más complicados de manejar. Es la temida brecha digital, que margina a las personas sin habilidades suficientes para manejar los dispositivos y el software más innovador.
Por suerte, estamos en un momento en que esto no tiene por qué suponer que los mayores queden aislados. El internet de las cosas (‘IoT’ por sus siglas en inglés) puede solventar la situación gracias a dispositivos pensados para ayudar incluso sin que el usuario intervenga. Estos son algunos de los aparatos que pueden hacer la vida más fácil a la gente con más edad:
El IoT puede ser el gran aliado de la gente mayor con los altavoces inteligentes. Pueden pedirles que llamen a una persona o información tan relevante como la temperatura que hace en el exterior. Incluso pueden programarse para que les recuerden citas médicas o la toma de medicación.
Si hay otros dispositivos inteligentes en casa debemos comprobar que sean compatibles entre sí para que, altavoz mediante, puedan controlarse. De este modo se pueden encender y apagar las luces, ajustar la temperatura de la calefacción, cambiar el canal de televisión…
Ni siquiera hace falta que optemos por un modelo caro: con un simple Nest Mini de Google o un Echo Dot de 4ª Generación es suficiente. Si la persona no es demasiado mayor y se entiende con las pantallas táctiles quizás le convenga un aparato más completo como el Echo Show 8 de 2ª generación o el Google Nest Hub 2 Gen que sirven para ver películas o realizar videollamadas. Para quienes tengan el ecosistema de Apple está disponible el HomePod.
Los ancianos se lían con teléfonos de grandes pantallas táctiles y numerosas aplicaciones. Se sienten más seguros con aquellos que recuerdan a los modelos de hace años y que son sencillos de utilizar. Los más cómodos son los de tipo concha, en los que se contesta la llamada solo con abrir el teléfono. Un buen ejemplo es el Panasonic-KX-TU446. Tiene una pantalla brillante de 2,4 pulgadas; botones separados y retroiluminados para verlos incluso sin llevar las gafas puestas; y un botón de llamada prioritaria que activa el manos libres y llama a hasta 5 números prerregistrados de manera consecutiva. Si no responde ninguno de esos destinatarios, envía un SMS con una solicitud de ayuda a los 5 números de la lista de llamadas de emergencia. Una luz de distinto color informa de si hay una llamada entrante, un SMS o la batería está baja.
Si la persona no es demasiado mayor y puede manejarse con una pantalla táctil, un buen modelo es el Doro 8050, con panel de 5,4 pulgadas, iconos grandes, asistente de Google preinstalado, videollamadas y botón de asistencia con GPS. También es compatible con audífonos.
Si el agua sale demasiado caliente la reacción es instantánea, pero llegada cierta edad los reflejos son más lentos y se pueden sufrir quemaduras. Estas lesiones son fácilmente evitables utilizando un cabezal de ducha inteligente como ‘Comely’, que ofrece dos intensidades del agua e indica la temperatura (con dígitos y colores) en el propio cabezal: azul si está por debajo de los 29ºC, verde si está entre 30º y 39ºC y roja si está a más de 40.
Los aspiradores son la manera más cómoda de mantener limpia la casa, pero suelen ser pesados y llevar cable (con el consiguiente peligro de que se enrede en los pies de nuestros mayores). Éstos agradecerán que el aparato sea autónomo, ligero y que cuente con un depósito para la basura.
Aunque los robots más modernos suelen controlarse mediante una aplicación móvil, en el caso de las personas mayores es mejor optar por uno que tenga un mando convencional. Como el Conga 990 Vital, que barre, aspira, pasa la mopa y friega el suelo de forma simultánea. Puede adquirirse por 149€.
El último modelo de reloj inteligente de Apple tiene una serie de características que lo convierten en un complemento adecuado para los más mayores. Como una pantalla más grande, la medición del nivel de oxígeno en sangre, la realización de electrocardiogramas (con advertencias sobre ritmo irregular o frecuencias anómalas) y la detección de caídas.
A este último respecto, según la Organización Mundial de la salud, las mayores tasas de mortalidad por una caída corresponden a los mayores de 60 años en todas las regiones del mundo; en Estados Unidos, de un 20% a un 30% de las personas mayores que se caen sufren lesiones de moderadas a graves tales como contusiones, fracturas de cadera y traumatismos craneoencefálicos, de ahí la importancia de determinar cuándo se ha producido una caída.
Otro modelo de smartwatch con detección de caídas es el Garmin Forerunner 245 (264€). Aunque está pensado para deportistas, incluye un localizador GPS preciso con un registro de navegación. Al detectar un movimiento brusco envía la ubicación en tiempo real a los contactos establecidos. Eso sí, hay que llevar encima un smartphone compatible (no lleva tarjeta SIM). También estima el nivel de saturación de oxígeno en sangre.
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